sábado, 5 de febrero de 2011

Pico Cebollera o Tres Provincias - 2129m


Sábado 5, sobre las 9:00 de la mañana vamos llegando al puerto de Somosierra. No estamos solos, el club Peñalara parece tener el mismo objetivo que nosotros, ellos sobre esquíes de travesía, lo que dificulta encontrar hueco para aparcar. Para mi sorpresa la nieve caída hace 10 días ha aguantado a pesar de las altas temperaturas de esta semana. Nos juntamos; Ricardo y Raúl, Marta, y su hermana Rosa con su pareja Ernesto, Alberto, Guti y yo, cruce de presentaciones y a caminar.
Mira que no me acaba de gustar esto de llevar el GPS, sobretodo porque parece que tienes que irlo mirando de continuo para no tomar otro camino que no sea el del track descargado. Como si a mi me hubiera importado antes seguir o no el camino de otro. Lo que sí es, cómodo... porque ya ni me leo las descripciones de las rutas, ni busco el mapa correspondiente... me planto en el inicio de ruta y ale a seguir el trazado. Pues nada, relajados los instintos nos dejamos llevar. Arrancamos un pelín antes que los esquiadores, que pronto nos sobrepasan para desviarse a la izda y atacar las pendientes del Cebollera. Nosotros giramos a derechas, para hacer ruta circular.


La nieve en la pista se camina cómodo, pero llegados a nuestro cortafuegos toca trabajar para abrir huella.

Tras la correspondiente paliza alcanzamos la cuerda en las cercanías del pico del Corco 2045 y avistamos el pico Tres Provincias, grande, grande y redondo. Los traveseros están cerca de coronar y a nosotros nos queda una buena pateada. Momento de reposo ante Pico de la Miel, Cerrón, Pico Lobo, meseta castellana tras nuestro Cebollera y cuerda hacia Peñalara, Cuerda Larga, ...

Tomamos la pista del cordal dirección norte y avivamos el ritmo para llegar a la cima confluencia de Madrid, Segovia y Guadalajara un poco antes de lo que hace un buen rato calculábamos. Justo a tiempo de ver partir a los esquiadores. Libre el comedor para nosotros.

Dudas sobre si comer ya o buscar un sitio más protegido... con la hora de comer no se juega... , comemos.
Adornados por la nieve, desde esta atalaya sin obstáculos al norte se llega a ver la "cordillera cantábrica". Unos 200 km nos separan. Un poco a la derecha tres macizos; imagino el de Neila, el de Urbión y ¿San Lorenzo?.
Toca descender. El trazado marcado por el track parece alargar en exceso el retorno, así que atrochamos pasando de la pista que se nos antoja da demasiada vuelta. Bajamos por el regato del Oso, alcanzamos la pista y optamos por tomar la dirección oeste.

Esto supondrá una buena calcetinada por la pista para pasar al otro lado del valle. Casi de casualidad, y sometido a sufragio, bajamos por pista y luego sendero hasta dar con la preciosa cascada de Duratón. Además tenemos espectáculo gratuito ofrecido por el barranquista francés que lo desciende en rápel, sin importarle al parecer darse una buena ducha en las gélidas aguas. Fuera del agua el tiempo es primaveral, y nos hemos torrado al sol todo el día.

Llegamos a la antigua carretera (ahora abandonada y repleta de nieve) del puerto de Somosierra y ya solo nos queda remontar hasta alcanzar nuestros coches, las coca-colas, los estiramientos, las despedidas, y ... atasco hacia Madrid. Sin duda mañana habrá agujetas, después de algo más de 7 horas de excursión, pero mereció como siempre la pena.

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