viernes, 8 de septiembre de 2006

Palás por vía de los geodestas

9 y 10 de septiembre, 2006. De pip-crakers, elipsoides de revolución, por qué el Midi está donde está y es como es, ¿cojín de la suegra o de la monja?. Esta es también la historia de la resolución de asuntos pendientes; arista y vía de los geodestas - Palás - chimenea Ledormeur. 6:45 h en Madrid. Ronda el mediodía y Manolo nos sorprende comiendo un estupendo aperitivo bajo el sol y las montañas en Sallent. Antes de tomar el trenecito, ascendemos un mirador precioso, y comemos a la carrera pues no nos sobrará un minuto para no perder el último tren. Podemos certificar que las marmotas están ya preparadas para pasar el crudo invierno. Gordas como vacas, les cuesta parapetarse pendiente arriba. Aleccionador Manolo, no se cansa de explicar "sobre el terreno" "sobre el terreno". El paso cómodo de Félix pendiente arriba me permite disfrutar del entorno sentado en un alto, ceñida la capa bajo pequeñas gotas de pasajeras nubes de tormenta en su camino hacia territorio Aragonés (por la noche nos ofrecerán el pequeño espectáculo de rayo y trueno afectando a un país y no al otro). Campistas paseando solitarios, haciendo tiempo quizás a que la noche llegue, en torno a su camuflada tienda montada junto al lago de Arrious. Gran buitre sobrevolando el vacío, con el ogro Lurien de fondo. "¿Le gustará la lluvia?" El portador de la gran capa amarilla seguido del incansable divulgador de geología me alcanzan...
Vuelta a la civilización, versión Arrémoulit. Estancia en el confortable, a pesar de la extrechez, convivir del refugio. Félix políglota y extrovertido conversa con británicos, franceses, astures, checos, ... Envidiable. No tan envidiable la poca tolerancia que nos muestran aquellos a quienes molesta nuestra conversación en el exterior del refugio porque en su cercana tienda de campaña tratan de dormir antes de las 22:00 horas. Por cierto, cuenta una leyenda que a los montañeros desprevenidos que se les ocurre apoyar su macuto en coches aparcados suelen recibir una desagradable visita con reprimenda gala incluida. Sorpresa anunciada a Félix; !un bebé!, !aquí!, el de nuestros amables anfitriones. 2305m, ¿sobre el nivel del mar en Alicante? Dia D, hora H. En concreto a las 6:15h suena mi despertador, desayunamos, nos despedimos y partimos tranquilamente hacia nuestro destino, arista de los geodestas, a la cumbre del Palás. Para confirmar la fatalidad de mi año en lo que a lesiones se refiere, iba yo tan contento (distraido también) caminando sobre el descompuesto granito pensando con una sonrisa dibujada en mis labios en mi hijo predilecto y único Daniel y sus obras, cuando aquella piedra elegida para posar mi pié derecho me traicionó girándose tan repentinamente que mi tobillo, "el malo", recibió de pronto todo mi peso y el de la mochila en posición forzada provocando mi refleja y repentina caida a un lado, girando yo sobre la salvadora mochila. De resultas, cada paso a partir de ese momento tendrá un punto de dolor... soportable, quizás gracias a que para sobrellevar mis molestias de espalda ya vengo dopado y provisto de ibuprofeno... Sin darme tiempo a enfriar confirmo a Félix que todo va bien, no todo lo bien que me gustaría, pero qué se le va a hacer, esto es montaña y vida. Nos sobrepasa un grupo al que observamos detrás y se meten pronto en arista. Nosotros vamos hasta la verdadera separación de los dos grandes valles, presidido uno por Lurien, por Balaitus el otro. Está claro cuándo toca unirse por cuerda, un palo nos lo señala asomándose al vacío. Bonito si, el reducido y superviviente nevero, pero tela mirar nuestro camino ahora y de ahí abajo... Manolo demuestra su experiencia, de una gran seguridad en sus pasos, con Félix cerrando cuerda no tengo muchos momentos para compartir en lo que nos resta de arista. Procurando encontrar el óptimo balance entre dotarnos de la mayor seguridad y no eternizar nuestra progresión, comenzamos a disfrutar de la aérea pero sin grandes complicaciones travesía por la arista. Más larga esta de lo imaginado. Pisamos el Palás al fin. Salimos del refugio antes creo de las 8 y alcanzamos la cima poco después de las 12. Fotos, charlas, grupos que se van. Seremos los últimos en descender, lo cual a mi me tranquiliza por no llevar casco, aunque empezamos a ir justos de tiempo para alcanzar el trenecito. Félix expoleado por su inquietud para encontrar la chimenea Ledormeur (para mí la vía más conveniente en nuestra situación y también deseos), se pega al grupo que nos precede.
Tras el descenso, volvemos la vista atrás y la Ledormeur se ha escondido ya. Mira que es tímida la jodida chimenea. Así nos pasó hace dos años, que subimos a dos de los collados del Palás, sin intención de hacerlo. De nuevo en el refugio, con tiempo justo, fotos de familia, nos despedimos y partimos. La tormenta ahora si es gorda y bajamos envueltos en plástico. En mi mente ya el destino vuelve a ser Madrid... Espera dominical de plaza en trenecito. Frío y ruidoso desplazar. Cristalizan las rodillas. Tiritamos en el funicular. Primeros contactos familiares. El coche nos espera y partimos para despedirnos, hasta la próxima, de Manolo en Sallent...

FELIX:
"Este correo va dirigido a todos aquéllos que fueron invitados a participar en la expedición pirenaica de este fin de semana. Recordaréis que proponía una porra para acertar cuántos seriamos finalmente los que integrantes de la misma. Pues bien. El pasado viernes por la mañana hice mi predicción (no se había puesto fecha límite) ¡y di en el clavo! (Aunque no gané nada pues fui el único apostante). De todas formas no sé qué admirar más, si mis dotes adivinatorias o mi capacidad de convocatoria. Fue tal su éxito que acudió gente hasta de Santander (mi cuñado Manolo). De otros lugares del planeta no tuve ninguna respuesta positiva lo que, añadido a la baja por lesión de uno de los tres promotores, dio como resultado el que la expedición la integráramos finalmente 3 individuos, siendo ésta la cifra que, según refería antes, tuve inspiración de acertar. Pero debo decir que el resultado cuantitativo no me ha comido la moral y no desisto de la idea de realizar nuevas convocatorias, en tiempos más idóneos, cuando el sol esté otra vez más alto. Por lo demás la expedición fue todo un éxito. Iñaki y yo salimos de Madrid el sábado a las 7 de la mañana y nos encontramos con Manolo en Sallent a las 12. Ayer domingo, después de haber dormido en el refugio de Arrémoulit, subimos al Palás por la arista norte y descendimos por la chimenea Ledormeur, quitándome yo así una espinita que tenía clavada desde hacía 2 años (alguno de vosotros leyó en su día los relatos de aquel malhadado trance). El mérito fue exclusivamente de Iñaki que hizo todo el tiempo de primero de cuerda y nos condujo con pulso firme hasta la cumbre. Manolo y yo nos limitamos a seguirle detrás mansamente. Al final no resultó una ascensión difícil, pero si bastante sobrecogedora, con abismos alternativamente a uno u otro lado. Y a veces a ambos lados. Esta madrugada, a la una, ya estábamos de vuelta en Madrid. ¡Hasta la próxima!. ¡Estad atentos, compañeros del metal, a las maniobras de la patronal! ¡Ánimo Jesús que lo de tu pie no será nada y que el Palás no lo quitan! Félix"