Aneto

Aneto (3404 m) 30 de abril de 2000. Tenemos unos días, creo que cinco o así, y aunque no es la mejor época para afrontar el Aneto, pues los días anteriores ha pasado una fuerte borrasca, he conseguido los "permisos" pertinentes... Así que le llegó su hora al Aneto, que para mí se empezaba a retrasar un poco. De Madrid a Santander el viernes y de Santander a Benasque el sábado. Se vienen Félix y Javier. Maldormimos cerca del Hospital de Benasque, junto al coche. A las 5:30 h de la mañana estamos ya en marcha y sobre la fría nieve. Por encima de la Renclusa Félix empieza a preocuparse por su rodilla y decide abandonar. Rodeados de decenas de esquiadores de montaña y algunos con raquetas, Javier y yo luchamos por cada una de las jodidas zancadas que conseguimos dar. Ya nos hundimos a cada paso hasta por encima de las rodillas. "Damos pena". Cómo no, pienso en lo guay que sería saber esquiar y contar con el equipo apropiado..., pero así es la vida. Llegamos al portillón y no se ha despejado el día. Envueltos en la niebla durante todo el recorrido, uno se pregunta por qué hacer estas burradas... No hay respuesta, es un sentimiento o una mezcla de sentires que no tienen mucha explicación. Atravesamos el glaciar.

Remontamos desde collado de Coronas. Estamos al lado del paso de Mahoma y sin pensarlo dos veces nos lanzamos hacia esta vertiginosa sucesión de bloques. Son solo unos metros, los que nos separan de la cumbre, quizás tan solo un par de metros de diferencia en cuanto a altitud, pero uno se siente obligado a arriesgar el pellejo... ¿por qué? Admiro a quienes son capaces de resistirse a esta tentación y se conforman con quedarse a este otro lado... Estamos en la cima más alta de Pirineos... y no conseguimos ver más allá de un par de metros. Una pena. Javier está intranquilo, hasta que no se vea de nuevo al otro lado (donde por cierto hemos dejado una cuerda...) del paso de Mahoma. Hacemos cola y ... ya estamos. A las 12:30h emprendemos la bajada. Han sido 7 horas para subir y bajar nos llevará 4h y 10 min más. Pese a la niebla nos hemos quemado la retina, y la piel se nos caerá más tarde a tiras, pero qué demonios! Ya hemos subido el Aneto. Aunque habrá que volver. De nuevo con Félix, ante la idea de pasar otra fría e incómoda noche, y con el tiempo sin tendencia a mejorar, no nos cuesta decidirnos a regresar del tirón a Santander y nuestras camas. De madrugada conseguimos encaramarnos en nuestras camitas. Otra de las más grandes palizas de mi historia.

Descubrimos Cabo de Gata

Cabo de Gata. Del 20 al 24 de abril de 2000 conocimos una zona de España que definitivamente nos ha cautivado. Y eso que poco tiene que ver con nuestras montañas, costa, y paisajes en general del norte... De Cabo de Gata a San José lo recorro en más de una ocasión con la bici. Mónsul, Los Genoveses, San José,... desde este momento no creo que pueda pasar mucho más de un año sin que sintamos la necesidad de regresar a estas tierras... Por supuesto nunca en verano.