martes, 25 de mayo de 2010

Soplao 2010 - BTT tú!


3000 historias, las de los 3000 penitentes del infierno del Soplao 2010, a las que habría que sumar las de sus aficionados.
Ahí va un resumen de la mía.
Cuarto año de celebración de la prueba y vuelve a doblarse el número de participantes. Espero que pongan límite a esto, puesto que entre tantos, cada vez son más los desperdicios que una minoría está dispuesta a dejar en el camino, seguramente a cambio simplemente de robar unos segundos al cronómetro.
Para mí esta prueba puede dividirse en dos, la de la ilusión y la de la realidad (xi+y, con su componente imaginario y su componente real). La ilusión, energía, explosividad, nervios, agresividad, desparpajo, frescura... en el recorrido por monte Coronas, Soplao, collado de Carmona... Hasta llegar a la campa de Ucieda y mediar la subida al Moral. Ahí cada uno va poco a poco o de repente asumiendo su "realidad".
3000 personas, con sus bicicletas, además de los que afrontan la prueba pedestre, colocados en la recta de salida... sencillamente no caben. Ocupamos también la calle Primo de Rivera y precisamente en su escuadra me coloqué a las 7:45h. En frente pocos más de 2000, y por detrás pocos menos de mil. A las 8:00 intuimos la traca, pero no será hasta las 8:10 aproximadamente que al fin monto en la bici y paso bajo la pancarta de salida. Público hasta la bandera y el señorín de los cencerros sin parar de darle caña.
Primeros kms por carretera para ir quitando los nervios, y de paso también para ir sobrepasando a los que decididamente tomarán un ritmo más pausado.
Tras pasar la noche sin dormir, entretenido a ratos tomando mi pulso que consigue llegar a las 58 ppm
marcadas por el minutero de la habitación de mis hermanas, no veía el momento de verme al fin rodando estos primeros kms. Me preocupo, quizás obsesionado, con las más mínimas molestias que pudieran aparecer en mis rodillas y en el gemelo aparentemente rígido.
Entramos a la pista del monte Coronas y la idea es ahora evitar los peligros (ya se ven las primeras caídas) al tiempo que seguir sobrepasando gente, mientras otros te sobrepasan, buscando lo antes posible colocarse cada uno en su sitio. A punto estuve de ir al suelo en una ocasión por uno que me sobrepasa demasiado cerca y sin hueco. A punto de trabar los manillares otros dos en frente mío. Llegadas las cuestas uno se anima, puesto que parece que los demás van más lentos. Quizás porque cuentas más
los que adelantas que los que te adelantan. Es lo bueno de salir detrás de muchos.
Salimos de esta pequeña trampa una vez descendida la vertiginosa cuesta hasta Caviedes. Ahí está el primer avituallamiento y ahí también está mi hermano. Par de plátanos, aquarius, y a seguir. Ahora tranquilos por carretera hasta la Cocina. Ahí entramos en una de las zonas con más pendiente. Lo que otros años fue un barrizal, hoy es un pedregal. Absurdo intentar superarlo sobre la bici, puesto que no hay ni hueco. Pié a tierra y en procesión. Pasada la primera rampa, a darle con todo el desarrollo, y tranquilamente sigo buscando mi sitio. De momento sensaciones estupendas, aunque se lo largo que es esto.
Llegando al Soplao me esperan Susana, Daniel y Cristina. Otro plátano y a descender con cuidado hacia Celis. Esta bajada si que es peligrosa. Decenas de botellines y herramientas por el suelo. Casi caigo por la parada repentina de uno que delante pierde, y pretende recuperar, su bidón. Otra vez sobre asfalto, en Celis relleno la mochila de agua y poco más adelante paro un momento asaludar a Cristina, Susana, Daniel y Javier, que me escoltarán animando hasta abandonar la carretera camino de Carmona.
El río al que caí hace un par de años, viene crecido y las cuatro piedras en que hay que hacer equilibrios para no mojarse suponen más riesgo que caminar por el agua. Así que bici al hombro y agua a las rodillas. Un ratito por carretera, y la dejamos para afrontar las cuestas hacia Monte Aa. Aquí se vuelve esto a inclinar, buscando el veintitantos por ciento en algún sitio.
La gente disfruta animando, con sus neveras llenas y cervecita en mano. La temperatura sigue ascendiendo acercándose a los 30.
Descendemos a toda pastilla en dirección a Ruente. De nuevo peligro en el descenso, así que guardo mis distancias y aún con todo me como un agujero, que se traga toda la suspensión delantera. En Ruente emociona pasar la Fuentona con tantísima gente aplaudiendo.
Callejeamos hacia Ucieda y la Campa. Poco antes de alcanzarla, está Javier esperando con la bici. Me acompañará... De momento me engrasa la cadena mientras pillo un bocata de chorizo al que relleno con jamón y queso. Más aquarius y agua.
Acabamos de pasar a una chica a la que pregunto si su bici de plato único y único piñón tiene posibilidad de cambio de desarrollo. Me dice que no... sorprendente. En Ucieda vemos que no se detiene y confío en verla más tarde en El Moral.
Algún estiramiento, un largo pis, y vamos. Charlando con Javier al que al poco empieza a costarle hablar. Me acompaña durante la mitad de la subida, hasta que me dice que siga porque le cuesta mantener el ritmo. Me encuentro estupendamente y acelero un poquito para mantener una buena cadencia hasta arriba. Hago memoria y me reconforta comprobar que a estas alturas no tengo molestias en las rodillas ni asomo
de problemas musculares, muy diferente fue el caso hace un par de años. Definitivamente prefiero el calor, aunque se me está colando demasiado por los agujeros del casco.
Arriba del Moral no me detengo y al poco de comenzar a descender sobrepaso a "la chica de la única marcha".
La segunda mitad del descenso hacia Juzmeana es menos pendiente y me guardo como referencia 4 km y medio que se me harán muy duros a la vuelta pero que supondrán la última gran dificultad antes de cruzar la meta de los 165km en Cabezón. Poco antes de llegar a la carretera, me cruzo con los dos primeros de la prueba, que ya están de vuelta. Ventoso, ciclista profesional, espera a su compañero para ver si pueden llegar juntos, pero su intención es bajar de 7 horas, y el compañero sufre calambres, así que se irá solo para hacer sobre 6h 45m. No me cruzo con más y tomo carretera a Bárcena Mayor. En la campa, a estirar, un par de bocatas, aquarius, la chica del desarrollo único que no para, ... Unos 15 minutos echaría allí antes de volver al pedaleo. 15 km hasta Fuentes...
Calor tremendo, pero yo sigo sin calambres. Medio puerto bien, el otro medio me siento vacío... ¿falta de comida? ¿debilidad? Bajo el ritmo y exhausto alcanzo cumbre. Bajada a la carretera y vuelta a subir a Palombera. No me encuentro bien, pese a estar entero muscularmente. Antes de iniciar la subida a Venta Vieja me detengo a comer. Un pastelito, más plátanos. Vuelta a subir. Nada que ver el barrizal que había por aquí hace un par de años. Sigo sin encontrarme bien, pero se me hace corta esta subida. Descenso vertiginoso a Colsa y Los Tojos. En los Tojos, ducha proporcionada por el paisano de todos los años.
En las curvas de Los Tojos, un compañero que sufre sin pastillas de frenos casi se va contra el guardaraíl. Abajo... a mi afición se han sumado mi madre, Marco y Félix. Me detengo a saludar, y mi madre trata de creer que aquí me retiro. Ni pensarlo. A por la última subida del Moral por Juzmeana. Sin pausa me enfrento al "último dolor". Un par de km del puerto y ahí está el "hermanito". Se sube en la bici y me anima. Enseguida se da cuenta de que ya no voy como antes. Ahora es el quien me deja atrás. Tengo la tripa a reventar de gases y esta postura me provoca un dolor de cólico. Maldito aquarius, o lo que quiera que sea que me ha sentado mal. Cada pedalada es como un expirar... y fastidia que pienso que podría ir mejor. Afronto mi purgatorio con tesón. Trato de no mirar arriba, pues las referencias acaban por ser engañosas, aunque esta no lo es. Donde se pierde de vista la pista termina ciertamente el puerto. Los siguientes dos repechos están previstos. Ya no queda nada y de los conservadores 6-7km/h que he llevado en la subida, acelero un poco. Puedo, pero me duele el estómago... Ya arriba un poco de agua, y para abajo tras Javier.
Peligroso descenso, y Javier sin casco marcándome la trazada. Una vez abajo respiro. Se fué el peligro. Ya sí sobre el asfalto no queda más que el último paseo hasta Cabezón... Javier tiene problemas con sus zapatas y le dejo atrás. Por detrás me cogen dos que pedalean "a saco". Me pongo a cola unos minutos hasta recuperar. Comienzo a dar relevos y volamos hacia Cabezón superando a media docena de penitentes. Abarrotado Cabezón aplaude a todos! Ahí están a un lado Daniel y Marco, a otro Susana, y mi madre, mientras Cristina tira fotos a metralla. Menos de 11 horas. Reto superado, bajando en más de 1 hora el tiempo del 2008.
10h48m he visto en una de las fotos que me ha echado mi señora.


Oficiosamente: 165km --> 10h48m25s
Posición 543 (223 categoria B 35-44)
Llegados 1942 de 3700 participantes
6:45:52 el primero y 17:19:34 el último

En dos semanas, versión carretera (220km).