sábado, 30 de agosto de 2008

Montblanc

Alpes: Los sueños, sueños son...
Expedicionarios en Chamonix...

Día 1.- Casi 24 horas después de partir desde Santander, y tras 1238 Km llegamos a Chamonix (15:00). Paseamos y gozamos de esta villa, se ve increiblemente cerca Le Massif du MontBlanc... Aiguile de Midi, Tacul, Maudit, Mont Blanc, Dome do Gouter, ... y los glaciares amenazantes.

Día 2.- Desde las proximidades del trampolín ascendemos por el trazado de la conquista del Mont Blanc hasta la Junction, punto en que se bifurca el glaciar que desciende directamente de Mont Blanc; Taconnaz y Bossons. Increiblemente pende amenazante el glaciar de Les Bossons sobre el valle. Cristina y Daniel llegan hasta el chalet del Glaciar. Un buen desnivel para probarnos, en unas 7 horas de recorrido con paradas.

Día 3.- Ayer nos mojamos un pelín durante la excursión, pero en su mayoría lució el sol. Hoy, llueve y llueve. Paseo por Gorges de la Diosaz que salva un poco la jornada. Visitamos el valle de Chamonix desde Sant Gervais hasta Argentier. Sigue lloviendo y la previsión no es alagüeña.


Día 4.- Aún más agua. Con el ánimo algo alicaído, sin prisas tomamos el tren de Montevers. La visibilidad no nos permite gozar del panorama, pero con todo es espectacular la curva trazada aquí por el glaciar de la Mer de Glace. Descendemos hasta la gruta y se nos ocurre dar un paseo por el glaciar. Llegados a las escalas que salvan la pared hasta el pié del glaciar acaba la excursión para Cristina y Daniel. Poco más de dos horas dedicaremos a caminar a buen ritmo por encima de los hielos. Espectacular pese a la falta de visibilidad. A un lado Los Drus y Aguille Verte, al fondo Aguille de Tacul y tras este deben de estar las Jorasses...


Día 5.- Pese a la lluvia nocturna, amanece un rayo de sol que automáticamente nos hace coincidir en la decisión de que mañana tiraremos para arriba. Por tanto hoy toca descanso y preparar la mochila. Nos dirigimos hacia Les Contamines - Motjoe y desde allí paseamos partiendo de la Notre Dame de los Gorges en agradable entorno hacia la cascada ?¿?¿ Daniel pendiente del reloj nos devuelve al punto de partida, toca cocinar... De nuevo al camping, se ríen de nosotros por tratar de encontrar transporte por 3km desde el camping a la estación del tren... ¿para luego subir montblanc?


Día esperado. Para arriba...

Día 6.- "Velada en vela" sobre el piso superior de la California. Los nervios impiden conciliar el sueño a los "hermanitos" que cada poco se preguntan qué nos deparará el futuro próximo, ¿llueve?... Durante la noche decido telefonear a la mañana al refugio Gouter por si aún podemos evitarnos cargar con algo de peso y conseguir así también algo más de seguridad. El montañismo es un acto puro pero egoista. Del Saja al Montblanc... y en el camino Peña Vieja, Almanzor, Mulhacén, el Naranjo, Monte Perdido, Aneto, el Teide, Palas, Midi, Infiernos, ... El salto ahora es cuantitativo (de los tresmiles al mayor de los cuatromiles) por lo que mi mayor preocupación es la aclimatación... Corrremos por Sant Gervais (3km) para alcanzar la estación del tren de montaña antes de las 7:35h. El día antes estuvimos a punto de solicitar un taxi, pero acabó esto provocando la risa de nuestro anfitrión en el camping... En el tren, primer síntoma de mal de cuerpo al atrapar y destrozar el revisor de un portazo un dedo de un montañero que despreocupado charlaba con el peculiar guía que decidimos adoptar como sherpa particular al seguirlo a cierta distancia durante los primeros pasos sobre la reciente nieve caída ya en esa cota. La visión de Aiguille de Gouter y Aiguille de Bionassay y su quebrado glaciar desde le estación el tren cremallera del montblanc... espectacular y también por qué no acojonante. La vista del penoso caminar del montañero aproximándose a Tete Rouse nos hace dudar sobre lo que esta montaña nos va a exigir. Más tarde nos comentarían que ese día no se pudo alcanzar la cima por los fuertes vientos que barrían la arista de los Boses. Bonito glacier este de Tete Rouse, bonito refugio, pero alzar la vista al frente para visionar la oscura pared que nos espera aún sigue acojonando y aquello allá arriba colgado del abismo es el refugio Gouter, es nuestra meta hoy. El paso de "la bolera" es donde estrenamos el casco. Está asegurado por un cable que únicamente sirve cuando la nieve alcanza el sificiente espesor. No es hoy ese día. Pero es aún seguro atravesar por aquí debido a que la nieve sujeta las piedras que esperan más arriba dejarse llevar por la gravedad en cuanto que sientan un pequeño empuje o la nieve que las retiene desaparezca. Primera dificultad teórica que pasamos sin problemas. Encordados y encasquetados, también pronto encramponados, subimos por esta espina que trata de buscar protección frente a posibles desprendimientos. Caóticos peldaños que suben francos. No encuentro buenas sensaciones en este lugar y trato de llegar arriba cuanto antes. Error. Javier va con la lengua fuera y no le dejo comer y beber. A cambio estaremos arriba en dos patadas. No me gustó por prepotente el tono de la guía que arrastraba a ritmo marcial a sus dos jóvenes clientes americanos. Arriba su actitud mientras fumaba su porrito (sin ofrecer) reafirmaba mi impresión. Si pude observar y valorar el trabajo de los guías que por lo general dan gran confianza al cliente, le saben llevar por los pasos más cómodos, adaptan el ritmo a su capacidad, resuelven a cada momento las dudas sobre lo que les espera, se encargan de reservas y horarios, están al otro lado de la cuerda vigilantes... El peso de las mochilas se hace notar... Tienda, sacos, clavijas (las justas, ya veremos), piolets, bastones, colchonetas, barritas y demás porquerías, sandwiches, 6 litros de agua, linternas, cascos, crampones, cuerda, un par de mosquetones, ropa diversa, cámaras de fotos... en nuestras dos mochilas ponen a prueba su capacidad y nuestra resistencia. Dos largos tramos de cables protegen los pasos más delicados del ascenso. Cada poco nos cruzamos con los que bajan, en ocasiones nos adelantan, en ocasiones adelantamos... Rusos, polacos, americanos, franceses, italianos, suramericanos, británicos, alemanes,... y españoles, muchos y charlatanes españoles. De la bolera al balcón de Gouter no hay una sola foto de la subida. Indicativo de que no hubo tiempo ni para echar mano de la cámara de fotos... A cambio, tras unos minutos de descanso sobre el "banco de cramponaje" del refugio Gouter, la temprana llegada al exigüo collado en que vemos algunas tiendas nos permite aprovechar el agujero ya escavado para plantar nuestro viejo iglú. Tienda que aseguramos con seis clavijas, dos piolets y cuatro bastones... ya veremos si esto aguanta. Rendidos desordenamos el contenido de las mochilas sobre la superficie interior y pronto cogemos la horizontal. Tratamos ahora sí de comer, pero esto se hace difícil. Primero por esta pequeña pero constante molestia de cabeza que nos ha entrado nada más alcanzar los 3700-3800. Sin duda relacionado directamente con el sintomático malestar de estómago que parece atacar algo más a Javier. Más tarde el frío penetrará en los alimentos y tampoco será grato por esto masticarlos. Con todo nos vamos comiendo algún que otro sandwich y barrita y bebemos periódicamente. Tenemos toda la tarde pues no son más que las 14:00 horas cuando alcanzamos el refugio, desde las 8:30 en que salimos del tren. "Bad Wheather". La atmósfera se revuelve. Salir de la tienda nos depara un grandioso espectáculo con el midi de frente atrayendo las miradas... Nubes por encima y por debajo, rayos del sol que se filtran, luces y sombras, precipicios increibles... Echar un pis es toda nuestra tarea para hoy. Nuestro paseo son apenas 20 minutos en torno a las 20:00h de la tarde. Pequeño paseo de reconocimiento de la arista que de madrugada nos debería llevar hacia el montañón del Dome Du Gouter. De nuevo a la tienda, y de nuevo las dudas. Cada 10 minutos Javier parece dormir otros 10. Yo no puedo. Siempre se me han resistido las noches de saco, y esta más que ninguna. Ese viento y nieve barrida con su constante golpear sobre el doble techo de nuestra tienda no ayuda a despejar dudas. Mi mecanismo de defensa, activado. Es curioso cómo pese a no estar amparado por fracasos es constante en mi mente al afrontar pequeños y grandes retos de pequeñas y grandes ascensiones con la idea de que no voy a alcanzar cima. Ya digo que no suele ser el caso. Ahora mismo no recuerdo más que una ocasión en que tuve que dar la vuelta a pocos metros de una cima en la montaña vasca, y por razones más que justificadas por invaginación de nuestro retoño... Cierto que tampoco al primer intento alcancé Midi y Palás, pero estas ocasiones fueron plenas por haber ascendido el petit en una y dos canales en la otra. El caso es que mi autoanálisis concluye que de esta forma evito siempre el fracaso y también en cierta medida la presión. Estos dejan de existir desde el momento que le quito importancia (con ello también pasión seguramente) al objetivo. Aún no he conseguido el dictamen de Itaca, aquello de disfrutar plenamente del camino, pero estoy en ello, estoy en "el camino". Qué pinto aquí. No lo sé. Cristina y Daniel no se merecen el riesgo, que tampoco parece ser alto... Espero que ellos no sufran innecesariamente.

Directos a cima y vuelta al valle

Día 7.- Dos de la mañana, llevo varios minutos esperando que llegue este momento, esperando que suene el despertador. Cinco bajo cero dentro de la cálida tienda. Javier ni pestañea, y yo también remoloneo. Estar acompañado, siempre compensa. Los momentos de debilidad de uno no tienen por qué coincidir con los del otro, por lo que sin más las cosas siguen su curso. Me pregunto lo duro que debe ser en determinados momentos seguir adelante cuando uno está solo. Pero también lo he experimentado, y por lo general la convicción en esos casos no deja lugar a dudas, y la falta de preocupación por el compañero evita también algún que otro quebradero de cabeza. Algunas cordadas emprenden ya el camino en torno a las 2:30h. 3000 metros más abajo, las luces de Chamonix invaden todo el valle. Tan cerca y tan lejos. Covertura de móvil total, pero a 3000 metros verticales de la civilización urbanizada. 3:15h cuando al fin echamos a andar. No me lo puedo creer. Estamos en esta fila soñada. Mochila para mí, cuerda para Javier. La luz de nuestros frontales es suficiente. El cielo en calma y despejado. No podemos pedir más al día. Bueno, quizás que las aspirinas y gelocatiles hubieran tenido algún efecto... Alzar la vista y ver cigzaguear los destellos por el dome Gouter tranquiliza. La visión de los próximos cuatro pasos es más que suficiente y te concentras únicamente la labor de darlos, y en las de adaptarte al ritmo de la cordada alcanzada o echarse a un lado para dejar paso de las que te alcanzan. Cuantos más por delante, mejor. Más firme será el camino. 7:47h, cima, primera parte. Tristeza, vacío. ¿Esto es cima? Amplia cresta alargada que torna su inclinación al descenso... Y aquí ¿sin mi hermanito? Primeras lágrimas que aparecen. Sorteo a los montañeros hasta que no me queda ninguno más allá. Va a ser que sí. Fotos al tuntún y emprendo la bajada con la esperanza de que Javier continúe para arriba. Así es. Alegría inmensa, media vuelta y para arriba otra vez. Esa cordada de simpáticos murcianos y la chica americana, han sido lo que en ese momento necesitó y yo no supe dar a Javier para continuar adelante en los 100 metros finales. Dos pasos, descanso. No es más. 8:05h, cima, segunda parte. Ahora sí, alegría. Lo hemos logrado, lo he logrado. Aún no soy consciente de lo que me ha costado llegar aquí. Lo de menos el esfuerzo de los últimos dos días. Solo yo se lo largo que ha sido el camino hasta este sitio. Fotos aquí, fotos allí. 16 grados bajo cero y lo que nos espera para abajo no invitan a quedarse. A las 8:20 iniciamos el descenso. Trillizos en refugio Vallot para mi hermano, que recupera la salud a cada paso. Yo paso frío mientras observo la entrada al retrete de los gallegos, encordados... Estoy hecho polvo, necesito descansar. El agua está congelada y no me apetece granizado. Las lágrimas retornan, esta vez por el recuerdo del triste y reciente fallecimiento del hijo de Alberto. Estoy desconsolado y masco con cada paso el mensaje que en cuanto pueda enviaré a Alberto. -A las 7:45 he pisado el Montblanc con lágrimas de recuerdo por tu alberto y su familia. Vaya por vosotros esta sinrazón que tu bien sabes comprender. Comparto con Javier mi duda sobre el efecto del mensaje, no quisiera yo incrementar la pena, pero sabio me dice que es lo que yo siento y por tanto bueno será. Alberto responde: -!!Enhorabuena!!!. Compartimos vuestra alegría y os seguimos admirando. Vuestras lágrimas son también muy contagiosas. Un fuerte abrazo a todos vosotros. 11:00 me tiendo al fin en la tienda. Javier recuperado milagrosamente pretente continuar sin descanso, pero le convenzo de que es mejor reposar al menos una hora. Yo lo necesito. A cada minuto tendido parece notarse cómo la energía vuelve a mí. Recogemos los enseres en esta bonito mañana, con calma, ahora sí disfrutando del entorno. Dos latas de cola a 4euros 15cent la lata, serán todo lo que de esta infraestructura artificial nos aprovecharemos. Damos cuenta de una de ellas en la terraza del Gouter, y la otra es todo el líquido que nos queda para los 1500 metros de descenso que nos esperan. De nuevo mochilón a la espalda, pero al poco de iniciar el descenso del refigio Gouter el dolor de cabeza ha desaparecido completamente. El día es precioso, lo hemos conseguido, estamos bien, es temprano, el descenso es divertido, bromeamos, no hay prisa. Ahí sí que alcanzo la tranquilidad ansiada. El apoyo de manos evita algo de tensión en las rodillas hasta alcanzar el plató de Tete Rouse. Desde ahí hasta el tren descargamos el peso posible del caminar sobre los bastones... 16:24h alcanzamos la estación del tren. Hacemos cola y nos acomodamos en el descenso hasta el valle.

De bien nacidos ...

Agradecimientos

Pandilla de la tierruca (Félix, Manuel, Oscar, Sonia, Alberto, Olga, Barbi, Richard, ...), por acompanarme en el camino Félix, por abrir huella en montblanc Jesús, que siempre estuvo allí Agus y demás gamdas, por adoptarme y alegraros Alberto, esta cima sabes que es tuya y de tu hijo Marta, que supo lo importante para mí de este reto Macarena, por contagiarme su alegría Marco, por su generosidad Tejero, por recuperar mi tobillo en tiempo récord Guirao, por los útiles consejos Familia (Manolo, Merce, Emma, Susana, David) por sufrir en silencio. No sé si comprendiendo pero sí permitiendo. Estos son los retos que me gustan, pese al nudo en el estómago que con ellos provoco. Cristina y Daniel... No tengo palabras, solo lágrimas. Gracias mil. Y perdón cientos. A todos los que se cruzaron en mi camino, todos vosotros subísteis conmigo

Día 8.- Nos regalamos la ascensión al Aiguille du Midi y sus paisajes... Tras compras por Chamonix iniciamos el viaje de retorno (vuelta a la carretera que nos plantará en Anero a la hora del cocido).

viernes, 15 de agosto de 2008

Claveles - Peñalara

15 de agosto, Claveles y Peñalara. Jamás he salido al monte con tan poca gana. De hecho cuando me acosté no pensaba hacerlo, aunque di muchas vueltas a la idea de que quizás debiera probar mi tobillo tras este segundo Cyriax... Pero lo realmente terrible es hacerse a la idea de que el correo de esta mañana de Alberto era real. Su hijo, muerto al ser precipitado camino de Urriello a un barranco por un rayo. Terrible. No pego ojo y opto por partir hacia Cotos. 7:40 empiezo a caminar y opto por el trazado que me lleva primero a la laguna del Pájaro. Risco de Claveles - Peñalara. Estoy triste y alguna lágrima escapa. Son muchos los motivos que acumulo. Espero encontrar la reconciliación conmigo mismo, quizás en los soñados Alpes, ahora que empiezan estas vacaciones.

lunes, 4 de agosto de 2008

Punta Escarra

Cuatro de agosto, Punta Escarra. Carillo nos va a salir este otro "pequeño Cervino"... Daniel, de campamento, y el plan que se me ocurre pasa por llegarnos hasta Candanchú (Albergue Valle del Aragón) transportando a dos peregrinos; MªAngeles y Rafa. El sábado tranquilamente, sin prisas, partimos desde Canfranc (puente del peregrino) hacia el circo de IP remontando su largo valle. Unos 1700 metros de desnivel nos separan del destino, y luego habrá que bajar, pero por la mañana, bajo la sombra de los pinos el buen humor reina. Alcanzado el circo, enfilamos a izda hacia Punta Escarra. Al asomarnos al valle de Izas el paisaje impresiona. Ahora llega la parte técnica y poco a poco MªAngeles y Rafa van perdiendo chispa hasta optar por quedarse quietos en la pared en espera de nuestro regreso. Cristina decide seguir y alcanzamos la cima. Bajar de ahí con seguridad al grupo nos hace acumular aún más retraso y las cuentas del regreso a la ansiada cena no nos empiezan a salir...
Largo descenso, y a un pequeño descuido, repito el dichoso esguince del pié derecho. Mierda, y más mierda, a dos semanas del pretendido viaje a Alpes. Maldigo mi suerte. Aún nos restan tres cuartas partes del descenso cuando las rodillas de Cristina empiezan a hacerle la vida imposible. Pronto se convierte en un pequeño suplicio para cada uno de nosotros... Aún habiendo tardado 12 horas, el amable guarda del albergue (que cuidó de Lisi todo el día) nos hará una abundante cena.
Al día siguiente tenía previsto subir al Aspe, pero bastante tenemos con lamernos las heridas, mientras hacemos turismo a un lado y otro de la frontera. Con una buena comida nos despedimos de nuestros peregrinos. Para mí comienza la cuenta atrás de una precipitada rehabilitación del tobillo...