domingo, 12 de marzo de 2006

Cuchillón fatal

12 de marzo, Cuchillón. No consigo apartarlo de mi cabeza, ese instante se repite mentalmente una y otra vez. Ni durante la conducción de vuelta a Madrid, ni durante la noche siguiente,... Ayer no paró de llover en Santander. No hubo opción de acudir a mi obsesiva cita con la montaña, pero ¿y el domingo? 5:45h de la mañana, suena el despertador, aunque no hace falta, llevo un rato despierto y no soy el único. Noche tormentosa en más de un sentido. Me preparo, empaqueto, aviso, me bajo, llamo, espero. Javier no ha dormido y se dispone a empalmar un día con el siguiente. Jarrea hasta pasar las Hoces. Mira! Las nubes cubren Tres Mares, pero se abren ventanas de luz a fuertes ráfagas, las del viento. El Cuchillón aparece soleado, así que nos reclama. Son alrededor de las 8 de la mañana y abrimos camino por la empinada pista. Pronto me empiezo a quedar de Javier, quien imagino que por técnica es capaz de caminar más que yo con los esquíes calzados. Superada la cerrada pista del Cuchillón, enfrentamos la segunda mitad de la ascensión, ahora inmersos en la niebla con fuerte viento. Empiezo a sufrir de inseguridad cuando en más de una zancada el esquí desliza hacia abajo. Algo haré mal o algo tendrán mis pieles... Miro para arriba y veo que Javier continúa. Tras tres pequeños percances opto por descalzarme las tablas. Alcanzamos la cima, donde hace mucho viento, y por tanto bastante fresquito. A ratos se nos muestra el paisaje entre jirones de algodón. Momentos para intentar captar alguna buena imagen. En un descuido Javier quita las pieles... Toca echarle valor y ver qué tal esto de bajar.Primer intento, al suelo... Templo nervios, inspiro, un poco de valor, un giro sobre la helada nieve , a salvo, hacia el otro lado, bien. Empalmo uno con otro y le voy cogiendo el hilo a esto. A mitad de ladera la nieve cambia. Aquí no está helada, sino aguada, y al primer estraño Javier va también al suelo... Mal presagio. Segunda mitad del descenso, ya por la pista del Cuchillón, se me da bien... tanto que con la euforia enfrento los últimos metros, de bastante pendiente, a derecho... Derecha la pierna de apoyo, apoyo del interior que brúscamente cambia al cruzarse un tramo más aguado. Instantáneamente me percato de que algo no ha sentado bien a mi rodilla y voy al suelo. Manos a la rodilla derecha pensando lo peor. Estoy mareado y al ¿cómo estas? no puedo responder más que "aún no se". Pronto empiezo a sospechar que mal y todos los planes futuros empiezan a frustrarse de inmediato en mi mente. Me pongo en pie y camino. Aún no duele, pero no está segura mi rodilla. 200 metros más en cuña y estamos en el coche... Desde aquí hasta 24 horas más tarde no consigo apartar de mi mente ese instante en el que mi apoyo interior cambia brúscamente y con él la confianza que siempre he tenido en mis rodillas. Lo que iba siendo un día magnífico de montaña, repentinamente torna a fatal. De nuevo comienzo a sentir en carnes propias lo mucho que debo a quienes me rodean, en particular a Cristina, sin la que en estos momentos estaría bastante más jodido. Cosecuencia de momento: primera baja laboral, en principio por 10 días de reposo. Esguince de rodilla derecha con ligamento interno tocado. Veremos cómo de tocado está este en la próxima visita al traumatólogo...