sábado, 27 de octubre de 2007

Directísima al Yelmo - pico del Acebo

¿Qué pasó con el Acebo? Qué va a pasar! Adivínalo! Pues que aquello está muy alto y demasiado expuesto para alentar nuestro disfrute. Directísima muy amigable y sorprendente. Llegados al Acebo... mejor llenar antes el estómago a ver si con la tripa llena veíamos con mejores ojos la trepada (y eso antes de asomarnos a su cara norte que fue la que nos quitó las pocas ganas con que iniciamos). El único con ganas y posibilidades (maestro Félix) encontró excusa justificada en no sé qué vértebra. Así que con poca convicción nos disfrazamos L’Agus y yo de intrépidos escaladores. La grieta… mejor por ruta alternativa, que ya no somos unos chavales. Una vez superada la primera mitad tocaba echarle valor y pasar al otro lado bajo una cueva. Heme ahí que me enfrento de pronto a un vacío que triplica la altura de la cara sur por la que iniciamos la subida. Definitivamente no veníamos preparados para arrinconar en nuestras mentes esta caída… Me asomo un poco a la laja apoyada en la última panza del acebo y logro intuir que allá habrá setas donde agarrarse, pero no tengo valor para enfrentar mi culo al vacío. Cobarde... gallina, capitán de las sardinas. Cuando reaparezco por la cueva Agus respira tranquilo y se siente aliviado de no haber elegido como compañero de cordada a alguien más ¿valiente? Otra vez será... Primero aprenderemos disfrutando de alguna trepada bien asegurada en yelmo o sus proximidades. Nuestro grado de momento no pasa del III.