viernes, 18 de abril de 2003

Peña Castil

Peña Castil (2444m) 18 de abril de 2003. En abril, aguas mil. Mil una diría yo. Tras alguna que otra negociación, acto de fe, persuasión ... dejamos atrás el atasco de acceso a la ruta del Cares y partimos desde Sotres, a las 11:30h hacia collado Pandébano. Por aquí también hay riadas de gente, pero pronto nos encontraremos solos subiendo hacia las vegas de Tortorios, a paso de semana santa! Es el poder de atracción de los iconos del parque, Pico Urriello y ruta del Cares. Casi alcanzada la vega nos cruzamos con el único grupo que veremos por el resto del día. Nos ha llegado la hora de comer y lo hacemos. Sonia decide ponerse el cubrepantalón... momentos de bromas. Antonio es como Pedro el cabrero, sube por delante y nos espera emboscado junto a un nevero para acribillarnos a bolazos de nieve. Gema nos hace reír con su contagiosa risa. Fernando está probando por primera vez lo que supone hacer una ascensión “seria”. Chus, ligero cual Delfo. Sonia, de paseo. Cristina se acuerda de sus rodillas. Continuamos atravesando amplios neveros camino de la muralla de ¿?? Que salvamos por la derecha. Para entonces solo por unos instantes hemos visto asomar el pico Urriello. Ya no lo volveremos a ver. La niebla nos cubre, y trae regalo. Nos graniza y en varias ocasiones llueve. En el collado surgen razonables dudas. Es tarde, estamos inmersos en la avanzada borrasca, ... Pero yo quiero subir con Cristina, que lo está sufriendo a cada paso... Chus no lo duda y ya no lo dudamos tampoco los demás, emprendemos los últimos 400 metros de desnivel que nos separan de la cima. Se hace largo y llegamos a tientas, pero con un humor estupendo. Me alegro al hacer la foto de rigor, ver a Cris, y ser consciente de que nos hemos quitado una espinita que teníamos clavada desde hace ya unos 10 años, cuando Cristina se quedó en el collado por molestarle las rodillas. Aún echamos un rato en la cumbre, nos mantiene la esperanza de que despeje en dirección al naranjo, pero la montaña no nos concede este regalo.

Comenzamos el descenso y nos encordamos... Únicamente para echar unas risas, pronto desestimamos la idea y casi corremos nevero abajo. Ya en el collado nos metemos en la boca del lobo, que así es como parece la bajada por la canal, oscura e inclinada como estaba. Algunos depuran la técnica del descenso en trineo, sin trineo, y a buena velocidad descendemos rápidamente de altitud. Emprendimos el regreso de cima pasadas las 18:30, y la noche se nos echará encima. Cada cual a su ritmo y sin perdernos de vista seguimos el descenso. Terreno incómodo para los cansados tobillos y rodillas. La jodida pista de Aliva a Sotres se hace de rogar. Al fin la alcanzamos. Frase descriptiva del ocurrente Iñaki (quien si no) dirigiéndose a Fernando “tú, vas porque hay que ir!” Y es que es la propia inercia la que guía nuestros pasos. En la fuente reponemos líquidos, que falta nos hace, y también algún sólido. La noche nos alcanza bajo un aguacero tremendo caminando, casi corriendo, hacia los salvadores coches. Sobre las 22:30 los alcanzamos y como podemos nos cambiamos de ropa. Los pantalones se pegan a las rodillas y algunas se calan hasta las bragas... No nos cuesta esta vez acordar el volvernos de escopetada para Santander. Pensábamos quedarnos en tiendas de campaña o algún albergue, pero en esta época... Las ganas que teníamos de comer espaguetis a la luz de la luna (casi llena por entonces, aunque oculta tras muchos metros de nubes) se disolvieron con cada chaparrón. Los números son de reseñar. Algo así como más de 1600 metros de desnivel, y unas 11 horas totales. Las paradas también cuentan, así que no vale la pena restarlas. Agujetas de caballo por mi parte por los dos siguientes días. Excursión circular que nos ofrece vistas excepcionales sobre el cordal que desde la Torre de la Pardida pasa por el Neveron de Urriellu y Pico de Albo, así como sobre el propio Picu de Urriellu y picos circundantes. Una vez en el collado de Pandebano y antes de alcanzar las primeras majadas giraremos a la izquierda. Tenemos que subir hacia una amplia canal que baja directamente hacia dicho Collado. El camino retrocede con algunos zigzag en dirección Sotres para introducirse en dicha canal y luego subir por su interior hasta la majada de las Moñas situada en un amplio replano. En invierno y con nieve se pierde la noción del camino en esa amplia extensión, hay que seguir la dirección que traiamos (Oeste) en ligera pendiente, bordeando una pequeña colina que domina las majadas. Desde el vertice de la colina tenemos una buena vista del Pico Albo y si esta despejado podemos ver el mar y la Zona de San Vicente de la Barquera. La vista es excepcional. Una vez bordeada dicha colina por su izquierda (Este), veremos dos collados bien marcados, debemos dirigirnos al de más a la derecha, justo enfrente de la dirección que llevabamos, pero sin alcanzar dicho collado. A media altura de la subida veremos algún hito de piedras que se dirigen hacia la derecha (Oeste) por un especie de repisa, sobre las fuerte pendientes que se abren a nuestra derecha, hay que dirigirse hacia un pico secundario o proa de roca que marca el final de la repisa que seguimos. Contorneamos dicha proa de roca justo por debajo y sin nigún problema, en invierno parece que vaya a ser un paso bastante colgado o aereo pero no es así ni tiene ningún problema. Nos encontramos frente a una media pendiente muy larga y muy suave que nos lleva hacia un espolon rocoso que se nos presenta al fondo. Atravesaremos dicha pendiente manteniendo la altura, sin subir nada practicamente (SW). La barrera rocosa cae en vertical sobre los valles inferiores, hay una pequeña brecha medio escondida pero evidente por ser la única que nos ofrece un paso claro. Se bajan unos metros, en invierno algo tiesos pero sencillo y alcanzamos unas repisas que se dirigen hacia la izquierda (Este) a un amplio collado (Camburero). En invierno y con nieve no distinguiremos las repisas, pero son evidentes puesto que ofrecen una menor inclinación. No hay grandes caidas ni precipicios vertiginosos en ese paso, pero si vas en invierno si recomiendo un cierto habito en ese terreno. La vista desde el Collado de Camburero es excelente, tanto sobre la zona de los Albo al Oeste, como sobre el Macizo Oriental de Picos al Este. La subida a Peña Castil desde el Collado es evidente y sin problemas. En la bajada pasaremos de nuevo por el Collado de Camburero y giraremos hacia el Este, hacia el Macizo Oriental, bajaremos por la Canal del Fresnedal, largo descenso que nos machacara las rodillas aunque no presenta ninguna otra dificultad. En la parte media de la canal, esta se divide en dos siendo el ramal de la izquierda el más cómodo. Por debajo veremos a nuestra derecha la Majada del Fresnedal, situada sobre el lomo que baja directamente de Peña Castil y que separa nuestra Canal de un importante valle, la Canal de las Moñetas, situada al otro lado de dicho lomo. Es conveniente dirigirnos a dicha Majada por dos razones: Desde la Majada sale un camino mucho mejor que el de la Canal del Frenedal Tenemos una fuente permanente y de buen caudal que nos servira para reponernos Ya solo nos queda bajar a las Vegas del Toro junto al río Duje, siguiendo este hacia la izquierda, aguas abajo, llegaremos hasta las Vegas de Sotres