sábado, 30 de noviembre de 2002

Rodeando el Pájaro y la Muela de Pedriza

Rodeando el Pájaro y la Muela de la Pedriza. 30 de noviembre de 2002. Tanto Jesús como yo necesitábamos con urgencia pisar tierra y rocas; Jesús por pasar una temporada de hospitales y trabajo agobiante y yo ... por mis "lunes al sol". Tras más de tres semanas sin casi parar de llover en Madrid, por suerte este sábado el tiempo nos dió un pequeño respiro y sin un destino preciso (Pedriza) a las 7:00 de la mañana suena el despertador y a las 8:00 nos reunimos en Ventas. De Canto Cochino partimos y casi por casualidad nos encontramos trepando en dirección a base de la vía sur del Pájaro. Consultamos el mapa y optamos por intentar rodear estas curiosas formaciones rocosas. Pronto empezamos a darnos cuenta de que no es por atrofia, oxidación y reuma, que también, el que casi tengamos que gatear a la más ligera inclinación de la pendiente, sino por efecto de tanta humedad como ha estado sufriendo el entorno ,el piso, y especialmente las rocas, resbala como si fuera hielo. Tras efectuar algún que otro paso de hombros, así como tener incluso que usar la cuerda para hacer con más seguridad alguna trepada alcanzamos el jardín que está tapizado de musgo. Alcanzamos las espaldas del Pájaro y nos llama la atención la silueta de la muela, que contemplamos y fotografío. Las ráfagas de viento son fuertes (hacen volar mi gorro hasta un charco próximo) y pronto descubrimos el paso hacia el otro lado. Nos conforta comprobar que no está tan escurridizo como el lado sur y pronto pisamos tierra firme. Descendemos y dado que aún es temprano giramos a la derecha para acercarnos a contemplar las cascadas que en esta époco bajan plenas de caudal. El sol nos calienta miestras comemos unos pistachos. Cruzamos el arroyo de la ventana y el de los pollos en dirección a los llanillos (el puente del pollo se veía estupendamente desde el pájaro) y al siguiente cruze optamos por bajarnos ya por la "autopista". A las 15:00 estaremos en nuestras casas, satisfechos para el resto del fin de semana y recargados para aguantar otra semana... de lo que sea.

Rodeando Pájaro y Muela

Rodeando el Pájaro y la Muela de la Pedriza. 30 de noviembre de 2002. Tanto Jesús como yo necesitábamos con urgencia pisar tierra y rocas; Jesús por pasar una temporada de hospitales y trabajo agobiante y yo ... por mis "lunes al sol". Tras más de tres semanas sin casi parar de llover en Madrid, por suerte este sábado el tiempo nos dió un pequeño respiro y sin un destino preciso (Pedriza) a las 7:00 de la mañana suena el despertador y a las 8:00 nos reunimos en Ventas. De Canto Cochino partimos y casi por casualidad nos encontramos trepando en dirección a base de la vía sur del Pájaro. Consultamos el mapa y optamos por intentar rodear estas curiosas formaciones rocosas. Pronto empezamos a darnos cuenta de que no es por atrofia, oxidación y reuma, que también, el que casi tengamos que gatear a la más ligera inclinación de la pendiente, sino por efecto de tanta humedad como ha estado sufriendo el entorno ,el piso, y especialmente las rocas, resbala como si fuera hielo. Tras efectuar algún que otro paso de hombros, así como tener incluso que
usar la cuerda para hacer con más seguridad alguna trepada alcanzamos el jardín que está tapizado de musgo. Alcanzamos las espaldas del Pájaro y nos llama la atención la silueta de la muela, que contemplamos y fotografío. Las ráfagas de viento son fuertes (hacen volar mi gorro hasta un charco próximo) y pronto descubrimos el paso hacia el otro lado. Nos conforta comprobar que no está tan escurridizo como el lado sur y pronto pisamos tierra firme. Descendemos y dado que aún es temprano giramos a la derecha para acercarnos a contemplar las cascadas que en esta époco bajan plenas de caudal. El sol nos calienta miestras comemos unos pistachos. Cruzamos el arroyo de la ventana y el de los pollos en dirección a los llanillos (el puente del pollo se veía estupendamente desde el pájaro) y al siguiente cruze optamos por bajarnos ya por la "autopista". A las 15:00 estaremos en nuestras casas, satisfechos para el resto del fin de semana y recargados para aguantar otra semana... de lo que sea.