lunes, 14 de octubre de 2013

Balaitús

El viernes, tras viaje cómodo, llegamos a Sallent sin novedad. Oscuras nubes se cernían sobre las cumbres y en el valle comenzaba a helar.
Curioso hotel en que nos alojamos, con antigüas fotos del "Gigante de Sallent" y del "abuelo esquiador". Su regente, nieto del primer esquiador de pirineos, nos comentó tajante: "nadie, nadie sube y baja desde La Sarra a Balaitus en el día". Al poco también salió en conversación el accidente, según el mortal, de pocas semanas atrás (en internet no se confirma este final fatal). Algo más tarde, rebajó los requisitos y sí nos dió alguna posibilidad... esto tras haber tenido que tirar un poco de currículo para salir de la calificación de domingueros ilumados, que seguramente un alto porcentaje de turistas merecemos.

Tras varias vueltas en la cama, a las 5:00 nos despertamos. A las 6:35h arrancamos a caminar desde La Sarra alumbrados por un frontal.
Nada de viento ni nubes. Noche oscura, sin luna, estrellada y fría. Caminar de noche te libera de la preocupación de lo que llevas y te queda por andar. Bastante con tratar de ver un par de metros por delante.
Sin problemas alcanzamos el ibón Chelau, tras pasar los de Arriel, y este nos recibió con una ligera capa de hielo. Al frío abrigo Michaud llegamos sobre las 11:00, hora arriba hora abajo... tal era la preocupación que teníamos por el reloj en aquellos momentos, viendo el cielo totalmente despejado, también hacia territorio francés.
Comimos algo y ... ahí vino mi error de pardillo. Desde abajo la Diagonal se veía limpia, y hasta el momento no habíamos tenido hielo salvo en algún recodo muy sombrío. Así que aligeremos peso, dejando también piolet y crampones...
Comenzamos la ascensión sin problema, pero al doblar hacia la verdadera Diagonal el hielo-nieve cubría las zonas en que de forma natural uno hubiera pisado. El segundo error estuvo en no bajar desde aquí a recuperar el material, confiando absurdamente que mejorarían las condiciones.
Continuamos para arriba confiándonos a las quebradizas rocas donde la nieve no consiguió resistir. ¿Conocéis el buscaminas? Pues jugamos a esto con mucha tensión, y "sin vidas extra".
Finalmente llegamos a la cima a las 12:30h. Completamente solos allá arriba. Tras las fotos de rigor vimos cómo desde Latour comenzaban a aparecer las primeras cordadas.
Curiósamente las primeras en alcanzar nuestra posición fueron dos chicas, que nos confirmaron que subir por la brecha hubiera sido mejor opción.
Atados a nuestra decisión arrancamos el peligroso descenso. Ahí nos cruzamos con dos parejas bien calzados con crampones y piolets. Sin ninguna prisa, mucho cuidado, algo de habilidad y un poco de suerte, conseguimos salir de la trampa alcanzando aliviados los rayos de sol. Por cierto, en toda la subida, pese a estar completamente despejado, no nos dió el sol hasta salir a la arista cimera.
Otra vez en el abrigo Michaud, comimos algo. Desde aquí casi non-stop, sin prisa pero sin pausa, descendimos hasta la Sarra, donde llegamos sobre las 18:05h. Seguía sin haber una sola nube en torno al Balaitus...
Antes de las doce de la noche estábamos ya en casita... Tras 11h y media de caminar arriba y abajo el simple hecho de estar sentado es una gozada, por mucho que aún tengas que mantener la concentración suficiente como para conducir de vuelta.

Vaya la foto aérea que se han currao mis amigos...

sábado, 20 de julio de 2013

Pico Posets (3375m)

Pues ahí que estuvimos el sábado pasado... De momento una panorámica desde la cumbre, a la espera de sacar tiempo para añadir alguna que otra foto al paseo, y con suerte algo de texto...

viernes, 3 de agosto de 2012

Senda de las cabras, y algo más.

Renqueante aún por el acromio clavicular dañado en la infernal 1000 del soplao, propongo a Alberto salida a pié en lugar de la tradicional subida a la Nava en BTT, cuando por estas fechas rondamos su aniversario.
Tras la jornada intensiva quedamos, y antes de acercarnos a Canto Cochino compramos líquidos en Manzanares el Real.
Para ir calentando motores alargamos el paseo por el pueblo de forma involuntaria al no acertar con el callejeo, menudo par de torpes.
Otro contratiempo que en años anteriores no nos había ocurrido nunca; cerrada la barrera de acceso a Pedriza porque sigue el parking lleno, con más de una decena de coches esperando, a las 17:00 de la tarde en pleno mes de agosto. ¿Efectos secundarios de la crisis?
Improvisamos alternativa de urgencia y un poco inconscientemente nos metemos con el coche por la cañada real hasta la ermita de San Isidro del Boalo.
No hará falta contar el calor que hace a estas horas de la tarde... Pues allá que empezamos a subir enfrentando la máxima pendiente hacia la Peña del Mediodía (1.320) en la cuerda de los Porrones.
Leo ahora que en 2005 se abrió la senda que seguimos, Senda de las Cabras.

Tras pasar junto al lobo que persigue a una cabra damos cuenta de las clavijas y llegamos al alto.
No conformes con el paseo Alberto propone seguir la cuerda de los Porrones hasta su siguiente pico en la cresta. Como no sobra tiempo, caminamos ligeros.
De nuevo Alberto no lo duda y se pone a trepar entre los bloques de granito para alcanzar el punto más alto. Lo que ha cambiado el chico este en el último año, ha perdido el vértigo.
Para no contar, el rato que echamos buscando entre rocas y agujeros un boli!
Alcanzada la gloria, descendemos de nuevo aprisa para llegar al coche próximos ya a las 21:00.
"Con esto queda retomada por mi parte la senda que nunca debí abandonar"

sábado, 19 de noviembre de 2011

Los chorros del Manzanares

Jornada de reflexión que de amanecida iniciamos en Pedriza.
A la convocatoria hemos acudido pocos, ya veremos a las urnas, porque el tiempo no acompaña.
A las 8, porras en Manzanares, y pese a la casi nula visibilidad paseamos hasta los chorros.
De vuelta a casita con los "deberes" hechos, ya que ando informándome de los significados y diferencias entre el voto en blanco y el voto nulo, por qué no ya de paso descargar las 4 fotos tomadas hace un rato y colgar un par de ellas...

martes, 11 de octubre de 2011

Aventura en el desierto: Marrakech - Desierto de Ouzina

Marrakech... de sopetón!

Llegamos a Marrakech… sin preliminares.
Uno cree estar preparado pero, una vez cruzado el hall del moderno aeropuerto, de forma exponencial nos abofeteará sin remisión África.
Tranquilos, esto sí tuve tiempo de leerlo en la oficina el día de ayer antes de enfrentarme al adelgazamiento de maleta para no tener problemas con "Ryan". Nos toca negociar y para comenzar a practicar nada mejor que hacerlo con los taxis.
El problema es que de inicio ya no tengo claro cual es el precio justo por una carrera, y todos tus intentos de buscar un compromiso entre estar en el continente africano y solicitar un servicio de europeo acaban chocando frontalmente contra el inamovible precio que el intermediario ha marcado, para clientes y conductor. Pero ¿no se suponía que a estos tipos les gusta regatear?
Tímidos intentos que acaban en un recorte de 50 dirhams a cambio de dejarnos fuera de la Medina. Como si nosotros supiéramos tan siquiera dónde está nuestro Riad. Accedemos a la tarifa extendida a cambio de creernos garantizado el acceso hasta las puertas de nuestra hospedería.
Cargados en el taxi... no, no busques el cinturón porque no funciona. Condescendiente perdonas. No pasa nada, yo también fui joven en los 80 y nuestros padres nos llevaban sin cinturón.
Mira! Esos tíos en bicicleta cargados con cestas. Y este tío! Que se cruza! Pero este conductor está loco. Pues, ¿no está pintada la carretera aquí como en casa? y constantemente se asoma al otro carril! Y venga a darle al claxon! Anda la pera! Si hay más burros que coches! Y esos tipos a los que llaman locos o borrachos... hay tantos como burros!
Sigues disfrutando del documental a través de las ventanas del taxi. Si, si, anciano, pero Mercedes al menos, y te ha constado 200 dirhams.
Accedemos por un arco de la muralla al interior de la medina. Esto ya desborda lo imaginable. La impresión de haberte colado de extra en una nueva producción de Indiana Jones se queda corta.
Gente, bicis, carros, burros, puestos de carnes crudas, talleres grasientos, carritos de fruta, ... y por entre todos ellos tú, en tu taxi.
Aún no se te ha cerrado la boca ante la sorpresa cuando tu carrera ha finalizado. O más bien la motorizada. Creíste haber pagado para llegar al riad, pero cuando te dejan, porque el coche ya no cabe por las estrechas callejuelas, tu chofer, que debe ser el único en el país que no chapurrea tu lengua, señala una dirección, que a la postre no será la correcta.
De pronto te ves cual carne fresca de búfalo en medio del desierto rodeado por enormes aves de ojos saltones.
Alguien ya te ha echado el ojo y se asegura de que los demás "buscavidas" respetan su caza, no trates de comprenderlo, son profesionales y ellos sabrán cómo hacen respetar sus piezas. Tú no lo sabes, pero ya se ha decidido quien será tu guía forzoso en la medina hasta el riad.
Pese a todo, lo intentas por tus medios ante el agobio de servidumbre que te rodea.
Mantienes las manos sobre tus maletas y tratas de caminar en la dirección que te pareció entender al conductor, aunque en tu subconsciente se aclara la imagen del cruce de miradas entre quien ya cobró tus 200 dirhams y ese que ahora se ofrece insistente en resolver todas tus dudas, en el preciso instante en que se detuvo el coche.
Ni mapa, ni nombres de calles, ni ayuda por parte de los caminantes a quienes preguntas. Siempre está ahí tu respuesta. "Amigo, yo llevo. Sígueme".
Las mujeres no responden si los hombres les observan, y los hombres "respetan" haber perdido su turno...
No hay más remedio y accedes por llegar cuanto antes a un lugar, el que sea.
Ya te agarran sin remedio alguna maleta y caminas tras tu lazarillo.
Caminas en la dirección equivocada, porque cuando "el sabe", en realidad "no sabía".
Otro le corrige en dirección contraria y ya serán dos los que quieren "tu dinero". Eso sí, te amenizarán el paseo indagando si Madrid o Barcelona, si Ronaldo o Mesi, …con suerte te libras del pollo de Andreita.
Llegada a las puertas del riad, comienza el regateo por parte de nuestros guías. Recién cambiado dinero no te ven más que billetes de 200 y los reclaman.
Los empleados del riad no pueden echarnos una mano en su presencia, por razones obvias (les increparían con que les quitan "su trabajo" y pueden encontrarse con represalias).
Al final 2 o 3 euros y de un salto cruzamos el umbral...
Dentro del Riad, el verdadero paraíso en este desierto de ponzoña.
Sensación de alivio que por un instante te hace plantear "no salir de aquí en los 5 días que nos restan".
Té de bienvenida y sosiego.

Continuaré contando ... 

martes, 30 de agosto de 2011

Alta ruta de los Perdidos. Oulettes - San Nicolás de Bujaruelo

Toca recorrer al completo el valle del Ara hasta San Nicolás de Bujaruelo, pero antes habrá que subir desde los 2151 m hasta los 2591 m del collado de los Mulos.

No tenemos prisa, amanece soleado pero caminamos aún en la sombra hasta alcanzar el punto alto de la jornada, donde el viento vuelve a ser frío.
La calidez se recupera no más descendemos unos metros al otro lado.
Amplio valle el del Ara, dejamos su circo atrás. Junto al refugio de Labaza busco los hitos que marcan la subida de este lado a Vignemale por el collado de Lady Lister. Alternativa que me guardo para más adelante, por ser menos engorroso viniendo de donde venimos, ahorrando casi seguro al menos un día si evitamos iniciar la ascensión desde Pont d'Espagne u Ossoue.

Calculo con Daniel lo que tardaremos en llegar a la siguiente cabaña, de Ordiso, donde comeremos, y de ahí al final de etapa.
Por fin cumplimos con la previsión temporal que nos marca la guía en cada etapa de la Alta Ruta. 7 horas echamos para alcanzar el Puente de Bujaruelo desde refugio de Oulettes.
Abrazo sentido, en este precioso valle de Bojs.
Plantamos nuestro último sello y tras recoger camiseta-trofeo toca ponerse bañador y darse el deseado chapuzón en las transparentes y heladas aguas de la poza que ojeamos hace 7 días.

lunes, 29 de agosto de 2011

Alta ruta de los Perdidos. Grange de Holle - Oulettes

Amanece un nuevo día soleado. Arrancamos pronto, algo más tarde de las 7. Hoy toca recorrer todo el valle de Ossoue siguiendo el trazado del GR10, con sus marcas rojas y blancas, a las que se suman otras amarillas que suponemos por recientes pertenecen a la Alta Ruta que seguimos. Por delante por tanto un largo valle, sin complicaciones de orientación por lo que no enciendo el GPS, también porque no me quedan casi pilas de todo lo que esto chupa.
De inicio observamos la estación de esquí de Gavarnie Les Especieres, y a medida que ganamos altura se nos aparecen Taillón y parte de las crestas del circo... Pero lo que sin duda protagoniza esta jornada es la impresionante mole del macizo de Vignemale hacia la que nos dirigimos.


Caminar por este valle es sencillamente... agradable. De nuevo observados por las marmotas, por terreno de verdes prados, con vacas de ubres inmensas y ovejas que buscan el frescor de las nieves perpetuas, ajenas al riesgo de desprendimientos.


El camino se alarga a su paso por los valles de Sausse Dessus y de La Canau, e incluso desciende para llegar al embalse de Ossoue, donde tomamos el aperitivo.
El capítulo dos de esta etapa comienza cuando la pendiente se incrementa camino del refugio de Baysellance, poco más arriba la Hourquette d'Ossoue. Pasamos primero junto a la cascada
, más tarde próximos a los restos de nieve de lo que fue el glaciar de Montferrat (alimentado por Montferrat, 3219, y Grand Tapou , 3150),
después por las cuevas de Russell, aparentemente acogedoras si no fuera por ese olor, casi de seguido arranca el sendero que se dirige al Glaciar d'Ossoue marcando el camino normal de ascenso a los picos de Vignemale.
Aún un pequeño tramo más de mayor pendiente, en el que Daniel marcha por delante, para alcanzar finalmente el Refugio Baysellance, que presenta un aspecto estupendo.
Comemos fuera, resguardados del viento frío. Sin sobremesa proseguimos hasta los 2734 m de la Horquette d'Ossoue.
Ya para entonces voy sopesando lo conveniente de mantener mis planes para el próximo día, que pasaban hasta el momento por subir con Daniel a Pique Longue... En contra... ese dolor en la cara anterior de la rodilla izquierda y posterior de la derecha, además del cansancio que ya vamos acumulando. En el collado damos vista a la vertiginosa cara norte del Vignemale, lo que hace que Daniel me pregunte por la ruta de ascensión a su cumbre. Cuando le comento que desde el refugio de Oulettes, allá abajo, tendremos que remontar de nuevo hasta aquí, para bajar unos metros más en busca de la senda que dejamos atrás... Poco le faltó para sacarme un dedo!
Disipadas las dudas, adelantaremos el fin de nuestra semana de ruta en un día. Mañana será nuestra última etapa y volveremos a casa. Pues nada, ante la idea de que ya no nos quedará más que un collado por superar, descendemos hasta Oulettes de Gaube.