domingo, 31 de agosto de 2003

Veleta y Mulhacén

Sierra Nevada: Veleta y Mulhacén. 31 de agosto de 2003. “Montañas de pizarra sobre bases de arena...” 8 horas non-stop y en solitario, para ascender al Pico Veleta 3396m y al Mulhacén 3483m. A las 7:12 min parto desde lo alto de Puertollano (2500m) hacia el vértice del Veleta. Es de noche y un tipo ronda su autocaravana con el telescopio sobre el trípode y apuntando sin duda a Marte, que en estos días está muy próximo a nosotros... A media subida empieza a amanecer, aunque hasta alcanzar la cima no veré el sol. A mi derecha y a lo lejos destaca una montaña piramidal y claramente separada del resto... Imagino que formará parte de la sierra de Cazorla, investigando más tarde llego a la conclusión de que se trata de la Sagra...


El sendero corta los requiebros de la carretera y tira a derecho. Alcanzo el Veleta tras una hora y 40 minutos de “inclinado” caminar, la altitud y el viento se hacen notar. No es una cima placentera y menos con el fuerte viento que no deja de azotar. Menos mal que me acuerdo de los tapones para los oídos que Jesús suele usar, a base de papel higiénico redoblado. Demasiados objetos extraños, antenas por doquier, especie de refugio-bunquer en la misma cima, y eso tras la visión constante de pistas de esquí, remontes, restos de hierros, carretera, ... No me entretengo y me asomo a la otra cara del Veleta... Abismo que quita el hipo. Intento buscar un paso que me permita ahorrar parte de pista, pero está imposible. El Cerro de los Machos quedará para otro día. Aún con todo recorto por la pedrera y acabo en la pista bajo el nevero y encima de la laguna Verde. Allí me cruzo con los primeros “montañeros”. Sigo la pista en dirección al Mulhacén. Acorto subiendo al collado sobre la caldereta y sin descanso bajo bordeando la laguna de la caldereta y el refugio para afrontar la subida final. Sin descanso alcanzaré la cima más alta de nuestra península (3483m). Me ha llevado poco más de 4 horas. Cima adornada con un “altar”, lleno de ofrendas de todo tipo. Hacia el sur se extiende la cordillera como una amplia meseta que cae sobre el mediterráneo. Se alcanza a ver la línea de la costa, aunque no Africa, oculta bajo la bruma.

Doy buena cuenta del par de bocatas, tiro unas fotos, último vistazo a la Alcazaba, y emprendo el regreso. De vuelta me asomo al collado de ¿???. Tremendo tajo de las paredes norte de Alcazaba y Mulhacén con sus lagos glaciares al fondo. Vuelvo a recortar por la caldereta. Ahora si me cruzo con más gente, y envidio a los que bajan en bici. Bajo el Veleta no me queda más remedio que “apretar”, menos mal que traje papel higiénico. La bajada final me hace sentir las costuras de los calcetines a cada paso. A las 15:10 estoy en el coche y poco más tarde en el camping del Purche tumbado junto a la piscina y la familia, que también han subido su montecito en Sierra Nevada, y tremendamente cansado. Demasiadas horas en solitario.

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