viernes, 3 de agosto de 2012

Senda de las cabras, y algo más.

Renqueante aún por el acromio clavicular dañado en la infernal 1000 del soplao, propongo a Alberto salida a pié en lugar de la tradicional subida a la Nava en BTT, cuando por estas fechas rondamos su aniversario.
Tras la jornada intensiva quedamos, y antes de acercarnos a Canto Cochino compramos líquidos en Manzanares el Real.
Para ir calentando motores alargamos el paseo por el pueblo de forma involuntaria al no acertar con el callejeo, menudo par de torpes.
Otro contratiempo que en años anteriores no nos había ocurrido nunca; cerrada la barrera de acceso a Pedriza porque sigue el parking lleno, con más de una decena de coches esperando, a las 17:00 de la tarde en pleno mes de agosto. ¿Efectos secundarios de la crisis?
Improvisamos alternativa de urgencia y un poco inconscientemente nos metemos con el coche por la cañada real hasta la ermita de San Isidro del Boalo.
No hará falta contar el calor que hace a estas horas de la tarde... Pues allá que empezamos a subir enfrentando la máxima pendiente hacia la Peña del Mediodía (1.320) en la cuerda de los Porrones.
Leo ahora que en 2005 se abrió la senda que seguimos, Senda de las Cabras.

Tras pasar junto al lobo que persigue a una cabra damos cuenta de las clavijas y llegamos al alto.
No conformes con el paseo Alberto propone seguir la cuerda de los Porrones hasta su siguiente pico en la cresta. Como no sobra tiempo, caminamos ligeros.
De nuevo Alberto no lo duda y se pone a trepar entre los bloques de granito para alcanzar el punto más alto. Lo que ha cambiado el chico este en el último año, ha perdido el vértigo.
Para no contar, el rato que echamos buscando entre rocas y agujeros un boli!
Alcanzada la gloria, descendemos de nuevo aprisa para llegar al coche próximos ya a las 21:00.
"Con esto queda retomada por mi parte la senda que nunca debí abandonar"

No hay comentarios:

Publicar un comentario