sábado, 22 de agosto de 2009

Nuestro "Carros de Foc"


Entre 22 y 28 de agosto, nos fuimos a los Carros!

Que dónde he oído o conocido sobre la existencia de este "trekking carros de foc"... No recuerdo... Estas cosas... se saben.
Tiempo hace que rondan mi cabeza este tipo de travesías. Algún día quizás caiga al fin la soñada y primera, GR-11 (cartografía en casa por si surgiera...). Planes de esta guisa hasta ahora siempre acabaron pospuestos; primero por falta de pelas, después por falta de tiempo, más tarde por incompatibilidad con un Daniel lechal, ...

¿Y con 10 años?
¿Por qué no varios días de marcha si la pernocta es a cubierto y no tenemos que cargar con el sustento de esos varios días?
Solo falta que el, ya no tan enano, responda. Y vaya si responderá!
Entre los trekking del Pirineo, este de los Carros es el decano, y el parque de Aigües Tortes y San Mauricio no son cosa despreciable.
Ya por marzo del 2009 nos aventuramos Cristina y yo a hacer la reserva y con esta a tomar el proyecto en serio. Quizás demasiado temprano a juzgar por lo vivido en los meses posteriores, consecuencia de frustrados embarazos y otras intimidades... Muchas fueron las dudas de que pudiéramos llevar a fin nuestra aventura.
Finalmente cerramos el comienzo en Ventosa el 22 de agosto para pasar por Llong (día 23), Colomina (24), Blanc (25), Amitges (26), Colomers (27) y Ventosa finalmente el 28 de agosto. Días después les mola la idea a MªAngeles y Rafa. En su línea, los tenemos en cuenta pero sin espera de confirmación hasta última hora. Esta confirmación llegó antes de lo habitual y también procedieron con la reserva para hacerla coincidir en fechas. Cierto es que nos vendrán de perlas. No solo por compartir aventura, también por el efecto psicológico que provoca la compañía durante nuestras rutas con Daniel. Y es que con los niños por lo general lo físico está sobradamente al su alcance, el éxito en la monótona tarea de subir y bajar pende del delgado hilo de la psicología (ahí queda eso).

Este año fraccionamos nuestras vacaciones en tres semanas. La primera en Santander. La segunda, en Pirineos. La tercera, playa en el Algarve. Vamos con la de Pirineos.

Sobre las 7:00 salimos de Santander hacia Cavallers por las autopistas de Francia... mucho más rápido, y también venga a soltar euros en los peajes. A la misma hora aproximadamente salen desde Madrid los Jiménez-Aragoneses. Aparcamos en el último de los parkings, justo debajo del embalse, hambrientos como canes. "Hijí-nio" y yo nos comemos las uñas, en cuanto que aparece la pareja procedente de los madriles devoramos.
Al fin echamos a andar tranquilamente bajo calor de bochorno y una vez dejado atrás el embalse de Cavallers nos caen unas gotas que casi se agradecen. Paseo hacia Ventosa anticipo del paisaje grandioso que nos acogerá los próximos días. Salimos del embotamiento tras los muchos Km de coche y nos plantamos en los dominios de los Besiberris (quizás para el último día...).


Casi que no estoy por describir día a día la aventura... entre otras cosas por mi falta de memoria que provocaría cierta falta de rigor, y bastantes gazapos los publicados diariamente (también en toponimia).

Pinceladas entonces...
Las de esas tormentas del pirineo que en esta época siempre amenazan por las tardes, "pero aquí no llueve como en el sur". Cuatro gotas el primer día que precipitadamente a algunos hace estrenar los recién comprados plásticos (fuera a los 15 minutos por el sudor que provocan).

Borrasca que atraviesa pirineos y nos coge en la etapa entre Colomina y Blanc. Etapa húmeda que con todo permite que suba en compañía de Jose a Tuc de Saburó (2912m), entre la lluvia matutina (que libramos por la elección de Rafa de "hacer sus cosas" en letrina limpia) y el frente borrascoso que nos alcanza después de mediodía.
Ascensiones de propina tuve 4. La del Pic de Dellui (2803m) en la segunda etapa, en la que ya me encontré con Jose y me crucé con el suizo Cedric y su chica Irina. La ya comentada al Tuc De Saburó (2912m) al siguiente día, compartiendo subida con Jose. Al Tuc de Ratera (2857m) en la etapa quinta de camino a Saboredo y Colomers.
En esta coindido con padre e hija (9 años) ascendiendo su primera. Y por último el Montardó (2833m) en la última etapa, en compañía de MªAngeles, después de haber bajado para volver a remontar por los sellos de Restanca. Más tarde en el refugio acabaré por confirmar que no intentaré ascender solo al Besiberri Norte. Este lo traía como uno de mis objetivos y le estuve dando muchas vueltas este día último. La idea era subirlo el día que ya abandonaríamos al fin las alturas para dirigirnos al Balneario de Caldas de Boí... De propina para mí este desvío, exfuerzo extra a sumar a los kilómetros de coche que faltaban para volver a Santander. Durante la cena de nuevo en Ventosa, ya con nuestras camisetas y forfait completado, compartimos mesa con unos bilbaínos que ese día estuvieron en Besiberri. Les pregunté... Mejor no ir solo. Subir es factible, pero la bajada sin cuerda... peligrosa. Si me faltaba poco para dejar este pico para otro momento... Por una vez haré caso de lo que dicta el sentido común al 90% de las personas. Ya tenemos bastante.


Los collados.
Sudor, lágrimas, risas, charla, sofoco, satisfacción, calma, espera, sorpresa, paisajes nuevos... eso y mucho más son los collados.
Quien no recordará para siempre ese collado de Contraix. Alucinando cómo se pindia,
y menuda colección de cuarzo, ortosa y mica.
Cada día subimos un collado y algún día dos (Contraix 2745m, Dellui 2570m, Saburó, Monestero 2710m, Ratera de Espot, Sendrosa, Port de Caldes 2550m, Crestada 2475m). Pero como el del primer día... ninguno.

La salud.
Rodilla de Cristina que se deteriora cada día. Al tercero ya se inflama...
El trío de catalanes que pierde uno de sus componentes (seguramente menisco) a falta de una sola etapa (para ellos la más dura).
Grupo de valencianos, para nosotros... realmente ninguno valenciano, y la rodilla de la catalana.
Ampollas las de nuestro Rafa, minucias en comparación con las de Miguel el del GR11. Las agujetas de rigor, y poco más.

Contrastes.
El de los runners del viernes y sábado últimos (versión competitiva, - de 24h). El de la "antimontañera", ascendiendo al Montardo para comerse en la cima un yogurt. El de la humanidad en las proximidades de algunos de los refugios (más accesibles).
El de los clientes del Amitges (alcanzable en todoterreno). El de los horarios de unos y otros.

Nosotros cogemos rápido la costumbre de salir los últimos para acabar llegando los ultimísimos. MªAngeles no acaba de entender cómo día tras días los carteles nos mienten descaradamente. Ni 5h, ni 5h30min, ni 4h, ni nada de lo que en esas tablas pone se acaba cumpliendo en nuestro caso. Nuestras 7, 8 o 9 horas no nos las quita nadie. Será por los extras. Qué coño, aquí hay que alargar la jornada, que si no se hace aburrida la estancia en los refugios.

Dormir... fatal el primer día. El contraste entre la cama propia y este tipo de camastros en habitación incluso para más de 60 personas (Ventosa)... Espacio mínimo,
calor intenso, roncar... claro que hay unos cuantos tigres (además del nuestro)...
A las 19:00 a cenar. Sobre las 21:00 a la cama. A las 06:30 arriba. A las 7:30 desayuno. Sobre las 8:30 en marcha. Unas 9 horas por esos espacios y vuelta a empezar
A medida que pasan los días uno va adaptándose a todo, también a dormir. En unos refugios mejor que en otros. También se come mejor o peor según el día (3 veces butifarra)...

Los personajes...
Rafa. Arranca con ganas, pero con la duda de qué es esto en lo que se ha metido. El primer día pasó momentos en que debió estar convencido de que lo dejaba. A medida que transcurrieron los días le cogió gusto (hasta confesarlo) a el caminar solitario. Final lleno de orgullo y alegría que contagia (el mal humor matutino es siempre pasajero).
MªAngeles. Qué decir. Esta chica es todo energía. Lo mismo hace de Sancho con nuestro Jiménez, que se preocupa de pillar unas latas, que va dando conversación a todos... También lo sufrió el primer día, hasta llorar quizás desesperando ante tanto bloque grande grande. Firmó una subida de propina al Montardo el último día, para reconciliación con ese temor a los precipicios (que no son obligados en
montaña).
Cristina. Cántabra de pura cepa. No es poco aguantar al "hiji" y a mi mismo... para encima cargar con esos problemas de rodilla que ponen en duda futuras repeticiones. Los primeros días se enganchó al ritmo de los "para nosotros valencianos". Y venga a soltar la lengua lo mismo sube pedreras que badea lagos... que se olvida de cual es su equipo, que se olvida de los dolores. Al tercer día la inflamación aparece, y pese a cojear hasta terminar no pasa por su cabeza el abandono. A ver si no tiene mérito nuestra inconsciencia!
Daniel. A ver quien no está sorprendido. Prometo que me costaba seguirle cuando el tío se sintió inspirado (hijo de su madre, por lo general esta inspiración se la daban aquellos con los que se fué topando y le cayeron en gracia). Por seguir a Jose corría. Por escuchar a Conchi, la que fue compañera de cole en Petrer con Angel Luis, ... Por llegar el primero. Por mostrar el camino al resto. También por descubrir un nuevo lago. Está al punto de encontrar la misma inspiración que a mí me guía. Esta experiencia creo que le marcará para siempre.
Iñaki. Orgulloso... de esta pareja, los Jiménez-Aragoneses, de Cristina por darme estos caprichos por encima incluso de lo saludable, de Daniel y su actitud.


Lo de menos, la ruta (maravillosa en cualquier caso). Habrá otras. Ninguna ya se repetirá en este mes de agosto del 2009. Melancolía quizás, pero no por ello deja de ser cierto que los años no se repiten.

Habrá otras.

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