domingo, 26 de enero de 2003

Collado del Miradero

Collado del Miradero o de Prao Poyos o Carabina (1878m). 26 de enero. 15 minutos antes de las 10:00 de la mañana hemos cruzado frente a la caseta de entrada a Pedriza Chus, Sauqui, Cristina y yo.

Nos hemos adelantado y esperamos a que Luis, Angel y Jana sigan nuestras indicaciones telefónicas para llegar, una vez se han equivocado y han pasado por el Tranco. Mientras llegan también MªÁngeles y Rafa. En el último momento aparecen Fátima y Juán, pero no nos acompañarán por tener que esperar a su prima. Desde Canto Cochino partimos una vez presentados unos a otros, con buen humor y buen tiempo. Otra vez la tan recurrida y concurrida Autopista de Pedriza nos ve pasar, menos mal que aún no cobran peaje.

Pasamos frente al refugio Giner y continuamos al frente. También dejamos atrás el desvío hacia el collado de la Romera, con la variante al Puente del Pollo. Esta parte ya es terreno desconocido para mi. Seguimos sin dificultad el sendero. A un montañero que nos adelanta se le cae un cordino que le llevo hasta volver a encontrarle en lo alto del collado. Allí se lo devuelvo, y sin duda se le pasa el pequeño disgusto de la pérdida. Poco a poco vamos ganando metros y la nieve también gana terreno a las rocas, tierra, jaras...

Rafa descubre que ir en cabeza tiene sus ventajas; te adelantas ligeramente, paras a esperar y descansas hasta que el grupo se vuelve a unir, y entonces reanudas la marcha...

A pocos metros para llegar al collado del Miradero se oye resoplar el viento con fuerza. El bosque a nuestro alrededor está muy dañado por las fuertes ráfagas que sin duda aquí se han soportado. Parece que hasta las rocas se mueven bajo el azote del viento. Nos abrigamos y pienso incluso en sacar la cuerda... Salimos al collado y nos inclinamos frente al aire. A duras penas nos parapetamos tras una gran roca. Allí nos colacamos guantes, polainas,... Tomamos unos pistachos y pese a que nos hubiese gustado comer la famosa "sensación térmica" (producto de la baja temperatura unida al fuerte viento) nos obliga a buscar mejor acomodo. Salimos de nuevo al viento, conscientes de que hasta Tres Cestos no encontraremos refugio. La ventisca se cierne sobre Cuerda Larga y las nubes nos sobrepasan (aún muy por encima) a gran velocidad. Pasamos la cuerda de las Milaneras y unos metros después de flanquear Tres Cestos, sobre unas aéreas rocas nos detenemos a comer.



Las vistas desde aquí son excelentes y estamos algo protegidos del aire. Eso sí, hay que tener cuidado al moverse por allí.

Frente a nosotros está el pequeño puente de roca que en una postal descubrí enmarcando el Refugio Giner. Arriesgo trepando entre grandes bloques para dar con el punto de mira exacto, y como no, hago mi foto. Echo de menos un zoom... La comida reaviva el buen humor reinante. Tras dar buena cuenta del alimento nos preparamos para afrontar las destrepadas mas "entretenidas" de la ruta. No hace falta echar mano de la cuerda y todos pasamos sin dificultad. Intento encontrar ruta hacia el Puente del Pollo (reconozco una de sus rocas muy cerquita a nuestra izquierda) pero prefiero no arriesgar al grupo. Me relajo en las labores de guía y pronto nos vemos en el camino que se dirige al collado del Cabrón. No estaba previsto, pero tampoco importa por haber ido a un ritmo lo suficientemente agil como para permitirnos alargar la caminata. En el collado del Cabrón optamos también por continuar cresteando por Cancho de los Muertos... En buena hora. El caso es que erramos un par de veces con el sendero y mi reputación se ve dañada;0) Pese a todo damos con el buen camino y llegamos al chiringo de Canto Cochino... Latas a 1'80! Todos prometen que volverán a unirse a nuestras aventuras... El tiempo lo dirá.

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